Galletas Linzer (Linzer Kekse)

Este mes con mis compañeras del Reto "Reporteras por Europa" viajamos a Austria. De allí os traigo la receta de estas galletas, posiblemente unas de las más antiguas. 

No sé vosotros, pero a mí si me preguntan que diga dos postres o dulces típicos de Austria, lo primero que se me viene a la cabeza son la tarta Sacher y las galletas Linzer.

Desde el principio estaba dudando sobre cual de estas recetas preparar para el Reto, pero al final han ganado las galletas Linzer. La verdad, en casa llevamos unas semanas preparando tartas y pasteles, por varias celebraciones familiares y reuniones de amigos que hemos tenido, y sinceramente estamos un poco saturados de tanto pastel.

Quizá no reconozcáis estas galletas por su nombre, pero seguro que todos las habéis probado en alguna ocasión, ya que suelen encontrarse casi en todas las pastelerías.

Su nombre les viene de la ciudad austriaca de Linz. Son una variante de la famosa Linzer Torte y sus orígenes son muy antiguos, hay referencias escritas sobre estas galletas desde el año 1700.
Aunque hoy en día ya se comen en cualquier época del año, tradicionalmente han sido unas galletas navideñas.

Se preparan con azúcar blanco, harina común, mantequilla y huevo. La masa por las proporciones de los ingredientes y por su textura, recuerda muchísimo a la típica masa sablée.
Se aromatizan con vainilla, aunque si nos apetece las podemos aromatizar con canela o ralladura de naranja, a gusto. Se pueden enriquecer con frutos secos molidos, y para ello hay que sustituir una parte de la harina por harina de algún fruto seco (almendras, avellanas o nueces).

Se caracterizan por llevar dos galletas, unidas por mermelada (normalmente de frambuesa o fresa) dejando que se vea el relleno a través de la parte superior. Para contrastar el rojo del relleno (la mermelada), se decoran con azúcar glasé.

Son un bocado delicioso, ideal para las meriendas o los desayunos. Si las preparáis alguna vez en casa, seguro que volveréis a repetir.

Receta 

Galletas Linzer

(para 18 - 20 galletas Linzer)

Ingredientes para la masa:
250 gr de mantequilla, fría y cortada en dados
120 gr de azúcar blanco
350 gr de harina común (de todo uso)
2 yemas L
una pizca de sal
1 cucharada de extracto de vainilla, o las semillas de una vaina de vainilla

Más:
80 - 100 gr de mermelada de frambuesa

Preparación:

• Tamizar la harina en un bol junto con la pizca de sal.
• Añadir el azúcar y la mantequilla.
• Con la ayuda de un tenedor o con las manos frotar estos ingredientes (la harina, el azúcar, la mantequilla y la sal), para conseguir una especie de migas, o una mezcla parecida al pan rallado. 
• Incorporar suavemente las yemas y la vainilla, y amasar solo hasta que se integren en la masa o hasta que quede una bola de masa homogénea.
• Envolver la masa en papel film de cocina y dejar reposar en la nevera durante 30 minutos.
• Pasado el tiempo de reposo, sacar la masa de la nevera y dividirla en dos porciones.
• Estirar cada porción de masa entre dos hojas de papel de hornear, con la ayuda de un rodillo con aros intercambiables o un rodillo clásico ayudándose de unas guías de madera, para que todas las galletas salgan con el mismo grosor (de unos 5 mm aproximadamente).
• Llevar en la nevera por 2 - 3 horas (para poder cortar unas galletas perfectas, es muy importante que la masa esté bien fría antes de cortarla).
• Cortar las galletas con la forma deseada y disponerlas sobre unas bandejas de horno, forradas con papel de hornear. A la mitad de las galletas hay que sacarle el centro, con un cortador más pequeño, de la forma deseada (circulo, flor o rombo, por ej.)
• Llevar las bandejas en la nevera o en el congelador, y mientras tanto precalentar el horno a 160ºC (horno con ventilador) o 170ºC (horno convencional, sin ventilador).
• Hornear de 12 - 15 minutos según el tamaño, o hasta que los bordes estén ligeramente doraditos. Lo ideal es que queden un poco blanquitas, que no se tuesten mucho.
• Dejarlas 5 minutos en la bandeja y luego traspasarlas con la ayuda de una espátula, a una rejilla para que se terminen de enfriar.
• Una vez frías, espolvorear las tapas o las galletas que irán arriba, con azúcar glasé (hay que hacerlo antes de montar las galletas para no manchar la mermelada).
• Extender un poco de mermelada en las galletas de la base. Procurar poner un poco más de cantidad en el centro de la galleta. Colocar las tapas y presionar suavemente, para que se queden bien pegadas las dos galletas.
• Servir el mismo día.

Observaciones:

○ Si se quiere enriquecer la masa de las galletas se le puede añadir harina de almendras, de avellanas o de otro fruto seco, a gusto. Para ello, hay que sustituir una tercera parte de la harina, por harina de algún fruto seco.

○ Aunque lo típico es rellenar estas galletas con mermelada, lo más probable es que los pequeños de la casa prefieran la nocilla o la ganache de chocolate, antes que la mermelada. Si es vuestro caso, perfectamente podéis sustituir la misma por ganache de chocolate o nocilla.

○ Si no se van a consumir las galletas en el mismo día, recomiendo guardarlas en un recipiente hermético sin montarlas (sin rellenarlas con la mermelada), e montarlas el mismo día que se van a consumir. Así se mantienen crujientes hasta el último momento.

○ Para conseguir unas galletas Linzer crujientes y perfectas, es importante manipular la masa lo mínimo posible, y que la mantequilla esté fría a la hora de trabajar la masa.

Animaros a probarlas, porque no os van a defraudar. Podéis ver que se hacen sin batidora, así que más fácil imposible. Con ellas os dejo, deseando que tengáis una muy feliz semana !!!
Hasta dentro de unos días !!!

Besos!
Biljana