Soy una fan incondicional de los cheesecake sin horno, son tan rápidos y fáciles de preparar que si no fuera porque hay que esperar a que cuaje la gelatina para que el pastel adquiera la consistencia deseada, en media hora podríamos tener un pastel delicioso, digno de las mejores pastelerías.
Hoy me he animado a prepararlo de mandarina, para salir un poco de los sabores clásicos (fresas o frutos del bosque). Tanto la cobertura gelatinosa como el relleno de queso llevan zumo y ralladura de mandarina, y no podéis imaginar el aroma que tiene este cheesecake y de la textura... mejor ni hablar, eso es lo que a mi me tiene loca, su textura suave y cremosa.
Como podéis ver en las fotos la composición de este pastel no es nada más que una base crujiente de galletas, relleno cremoso de queso y mandarina, y cobertura gelatinosa de mandarina. Una combinación sencilla de sabores pero a la vez espectacular.
Lo ideal es degustarlo fresquito y de un día para otro, como postre o merienda.
Lo ideal es degustarlo fresquito y de un día para otro, como postre o merienda.
No tendréis ninguna complicación para elaborarlo, ya que no se requiere conocer técnicas avanzadas de pastelería, todo se basa en mezclar, más fácil imposible.
Os lo recomiendo totalmente, se puede preparar como pastel festivo o de domingo y casi durante todo el año, ya que mandarinas y naranjas tenemos durante todo el año en los supermercados. Y digo naranjas, porque como os podéis imaginar perfectamente se pude sustituir la mandarina por naranja.
La próxima vez cuando tengáis que sorprender en casa con un postre fabuloso y no dispongáis de mucho tiempo para dedicar al postre, recordaros de esta receta. Además ¿a quien no le gustan las mandarinas o las naranjas? Y a los reacios a los pasteles de queso solo deciros que tenéis que probar este cheesecake, creo que cambiará vuestra opinión respecto a estos pasteles.
Como he dicho anteriormente es un pastel suave, cremoso, aromático, de estos que entran solos como dice mi marido. ¡Simplemente, lo tiene todo, animaros con él!
RecetaCheesecake de mandarina(para molde o aro de repostería de 20 cm de diámetro y 6 cm de alto)
Ingredientes para la base de galletas:180 gr de galletas María110 gr de mantequillaIngredientes para el relleno:200 ml de leche condensada330 gr de queso cremoso (tipo Philadelphia), a temperatura ambiente100 ml de nata para montar, bien fría150 ml de zumo de mandarina, recién exprimido1 cucharadita de ralladura de mandarina5 láminas de gelatina (gelatina neutra en hoja)50 ml de lecheIngredientes para la cobertura:335 ml de zumo de mandarina, recién exprimido4 láminas de gelatina (gelatina neutra en hoja)Preparación:
- Disponer sobre un plato o una fuente de servir un molde sin la base o un aro de repostería de 20 cm de diámetro. Forrar las paredes del molde (sin la base) o el aro con acetato de 6 cm de ancho. Para que se sujete bien el acetato, pegar los extremos del mismo con un poco de celo. También es muy importante cortar una tira de acetato un poco más grande que el molde, para que no haya hueco entre los extremos de la misma y de esta forma evitar que luego a la hora del montaje se nos salga el relleno para fuera.
- Derretir la mantequilla en el microondas (con unos 20 - 30 seg. suele ser suficiente) y dejar enfriar (es muy importante dejar enfriar la mantequilla).
- Triturar las galletas casi hasta el punto de grano fino y vaciarlas en un bol. No hay que triturar las galletas muy muy finas, a punto de polvo por ejemplo (más abajo os explico porque), es preferible que la mezcla triturada esté granulosa.
- Añadir la mantequilla derretida y fría a las galletas trituradas, y mezclar con un tenedor o con las manos hasta integrar bien.
- Vaciar esta mezcla en el molde preparado y extender en la base con la ayuda de una cuchara, presionando ligeramente para que se compacte (no presionar demasiado, porque si no convertiríamos la base en un bloque duro y pesado, que luego nos costara cortar).
- Meter en la nevera y mientras ir preparando el relleno del cheesecake.
- Hidratar las láminas de gelatina en abundante agua fría (el truco para que queden bien hidratadas es que el agua esté bien fría y que las láminas queden completamente cubiertas).
- Mientras, batir con una batidora de varillas a velocidad media, el queso crema con la leche condensada y la nata, hasta que la mezcla se vuelva bien cremosa y espesa. Por último añadir el zumo y la ralladura de mandarina y mezclar hasta lograr que se integre del todo. Reservar.
- Una vez estén las láminas de gelatina hidratadas (unos 3 - 4 minutos suelen ser suficiente) escurrirlas bien del agua y verterlas en un bol con los 50 ml de leche caliente. Mezclar bien con una cuchara hasta que la gelatina se haya diluido o fundido completamente en la leche (el truco para que se disuelvan bien es que la leche esté caliente, no hirviendo pero caliente). Dejar templar la gelatina unos minutos, o hasta que no queme al tacto.
- Ya templada la gelatina, incorporarla a la mezcla del cheesecake y batir hasta integrar.
- Volcar esta preparación sobre la base de galletas que teníamos en el molde en la nevera.
- Llevar a la nevera por unas 2 horas, o hasta que al tocar se sienta cuajada la mezcla.
- Por último, solo nos falta preparar la gelatina de mandarina. Para ello, poner a hidratar las láminas de gelatina en abundante agua fría.
- En un cazo poner una tercera parte del zumo de mandarina y calentar al fuego (el zumo tiene que estar caliente pero no hirviendo). Apartar del fuego.
- Una vez estén las láminas de gelatina hidratadas escurrirlas bien del agua y agregarlas al cazo con zumo de mandarina caliente y remover hasta que se disuelvan bien. Mezclar esta preparación con el resto del zumo y colar.
- Volcar la gelatina sobre el cheesecake que ya debe estar con cuerpo después de unas horas en la nevera.
- Meter el pastel una última vez a la nevera durante 4 - 5 horas para que cuaje la cobertura (o preparar de un día para otro).
- Pasado el tiempo de reposo, sacar de la nevera y desmoldar con cuidado, pasando un cuchillo (aunque hemos forrado las paredes del molde con acetato para facilitar el desmoldado es importante pasar el cuchillo por el borde, ya que la gelatina se suele pegar en el acetato).
- Degustar tal cual o con un poco de nata montada.
Un pequeño consejo sobre la base de galletas ¿como evitar que nos salga dura y pesada?
Mira que en repostería no hay cosa más fácil de elaborar que una base de galletas para una mousse o un cheesecake, como en este caso. Pero si no se siguen unos pasos concretos a la hora de la preparación, la base en vez de una capa de galletas ligera y crujiente se puede convertir en un bloque de galleta duro y pesado, difícil de cortar. Y una base así estropea tanto el sabor como la presencia de cualquier tarta o pastel.
Os preguntaréis ¿porque pasa esto?
Pues simplemente por tres motivos básicos. El primero por triturar las galletas muy muy finas, a punto de polvo. Luego por añadir la mantequilla caliente a este polvo. Al añadir la mantequilla caliente a las galletas a punto de polvo creamos una especie de pasta, y lo que buscamos es una mezcla algo granulosa, que mantiene su cuerpo y su identidad. Me refiero, que queremos que la mantequilla se integre a la galleta pero debemos seguir notando estos dos ingredientes por separado, no queremos convertirlos en algo nuevo. Buscamos una mezcla de galletas y mantequilla, no una pasta. Así que por eso os recomiendo, primero que no trituréis las galletas muy, muy finas y luego que dejéis que la mantequilla se enfríe bien una vez fundía.
Y el último motivo es por apretar demasiado esta pasta a la hora de formar la base, hasta tal punto que se convierte en una base muy compacta, bien apretada, súper dura y hasta pesada, que cualquiera luego la corta con un cuchillo. Para formar la base la galleta hay que extenderla y apretarla ligeramente. Y una vez la tenemos toda extendía, dejamos de apretarla.
Espero que os sirva este consejo.
Nota:
○ Se puede añadir azúcar a la cobertura gelatinosa si las mandarinas o las naranjas son muy ácidas.
○ Para la base de galleta yo he usado galletas María, pero si sois fans de la digestive o las oreo podéis sustituirlas por una de estas o las que a vosotros más os gusten.
○ Si no disponéis de aro de 20 cm y acetato podéis elaborar el cheesecake en un molde desmontable de 20 o 22 cm, normal y corriente.
○ Como os he mencionado anteriormente este cheesecake en vez de con mandarina se puede elaborar con naranja, o cualquier otro cítrico e incluso con frutos rojos. Si decidís elaborarlo de limón por ejemplo tendréis que añadir azúcar, tanto en el relleno como en la cobertura.
Ya me diréis que os parece esta receta.
¡Hasta la próxima!
Besos!
Biljana
Hola! Nosotras somos superfans de este tipo de tartas, tenemos de varios sabores ya en el blog pero no de citricos así que esta misma semana intentaremos hacer tu receta pero de naranja que tenemos muchas en casa. Muchas gracias por la receta y los consejos! Besis
ResponderEliminarMe encanta tu tarta de naranja,y queda ya en pendientes,soy una forofa de este tipo de tartas pues se hacen pronto y en verano no tengo que encender el horno......
ResponderEliminarMuchos besitos ¡¡¡¡
ES perfecta y tiene una pinta buenisima! te has superado como siempre:)
ResponderEliminarCon que cámara tomas las fotos???
¡Hola! Muchas gracias por tus palabras. Tengo una cámara Cánon Réflex EOS 1100D. Es una réflex muy sencilla. Un abrazo!
Eliminaruna preciosidad de tarta¡¡ me ha ecantado, osea que me quedo la receta que seguro que en unos dias cae.
ResponderEliminarbesos crisylaura
¡Que rico!
ResponderEliminarla tarta es una maravilla. Muy interesante los consejos para la base de galletas. Me guardo tu tarta cheesecake de mandarinas, con tu permiso.
Besitos.
Hola vengo un poco tarde pero esta tarta no podía dejarla pasar. Seve deliciosa y ese color que tiene no se consigue de manera artificial, con ningun colorante. Un beso preciosa !!
ResponderEliminar¡¡Madreeee!! Que ricura...y que fotos.
ResponderEliminarYo soy también soy fan incondicional de las tartas de queso, con y sin horno, me da lo mismo, están taaaaaan ricaaaaas.
Besos.